Apoyo total a Gian Marco Zignago.
La noche de Navidad me imagino que fue como un infierno para Gian Marco, cantautor que le da mucho prestigio al Perú, al estallar un petardo en su domicilio. Ante tal episodio, busco en la redes sociales volcar toda su protesta.
La noche de Navidad me imagino que fue como un infierno para Gian Marco, cantautor que le da mucho prestigio al Perú, al estallar un petardo en su domicilio. Ante tal episodio, busco en la redes sociales volcar toda su protesta.
Aunque logró contar con el apoyo de mucha personas,
también fue objeto de insultos de grueso calibre que le hicieron perder
los papeles. Sobre la protesta de Gian Marco mediante la frase: ¡No
más cohetes en Navidad! estaba patentando un clamor de la población que
durante todos los años no solo soporta el ruido estruendoso de un
cohetón; sino, de la gran cantidad de niños que sufren mutilaciones.
Se imaginan ustedes, si el cohetón que estalló en su balcón hubiera
herido a una persona o a un niño pequeño que celebraba la Navidad?. Los
comentarios hubieran sido de otro tipo. Se hubiera comenzado a hablar
de la prevención, las redes se hubieran vuelto locas pidiendo justicia y
cárcel para los que venden estos artefactos a los niños. Es decir lo
de siempre, pura retórica y nada de acciones preventivas. Por eso
comprendo la indignación de Gian Marco, porque yo vivo este infierno
cada vez que hay una fiesta religiosa en mi pueblo natal, con el
lanzamiento de gran cantidad de cohetones desde las doce de la noche
hasta las seis de la mañana, convirtiéndose en un trauma permanente para
los oídos y para la tranquilidad de la población. Creo que hay otras
formas más civilizadas y menos peligrosas para celebrar una fiesta
religiosa. Sobre este tema he conversado desde hace mucho tiempo con
personas de mi entorno e inclusive, con autoridades. La respuesta es la
misma: no se puede ir contra la tradición y las costumbres de los
pueblos, pero desde mi punto de vista, ya es hora de cambiar estas
costumbres que afectan la salud y la tranquilidad y esto sólo se logrará
con la educación y la adquisición de nuevas costumbres, como la
organización de festivales alusivos, también los juegos artificiales de
luces y colores etc. Creo, por todo lo expuesto, que con éste
estado de cosas, no se puede ser tolerante. ¡ fuerza Gian Marco!
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